Las visitas a una treintena de buques serán realizadas por personal de Inspección de Trabajo, de la Dirección General de la Marina Mercante y del Instituto Social de la Marina y en ellas se comprobarán desde las condiciones higiénicas y de seguridad de los camarotes, hasta la disponibilidad de comida y agua dulce en cantidad suficiente, sin olvidar los espacios mínimos por persona y la existencia de baños según el tamaño de la tripulación.
Igualmente, se requerirá que los contratos se hagan por escrito, detallando el salario base, la distribución de la jornada laboral y los periodos de descanso. Según los armadores, esperan que con estas medidas el sector sea más atractivo para las nuevas generaciones y que «anime a los estudiantes de las escuelas náutico-pesqueras a dedicarse a esta actividad, sabiendo que tendrán garantizadas condiciones laborales adecuadas».
Esta revisión de las condiciones de vida viene obligada por el Convenio sobre el Trabajo en la Pesca, –el 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)–, que acaba de entrar en vigor y que es ampliamente respaldado por el sector. Hay que tener en cuenta que estos barcos, además de centros de trabajo, son hogares temporales para miles de marineros y tripulantes.
Fuente de la noticia: Inspeccionan una treintena de barcos de Ondarroa y Bermeo para comprobar el trato a la tripulación | El Correo